Gestión empresarial y atribución de la responsabilidad penal

Esta obra analiza la responsabilidad penal individual en el contexto de la delincuencia empresarial, partiendo de la premisa de que no toda conducta reprochable dentro de una empresa puede imputarse directamente al empresario. En su lugar, propone un modelo de imputación que se apoye en el ámbito específico de competencia de cada interviniente, tomando en cuenta la estructura organizativa real de la empresa y el modelo de gestión aplicado. La autora defiende una visión dogmática penal que se nutra también de conocimientos extrajurídicos para una mejor adecuación al funcionamiento descentralizado y complejo de las empresas modernas.

En este marco, se destacan principios clave como la jerarquía, la división del trabajo, la delegación de funciones y los deberes de control y vigilancia, que permiten delimitar con mayor precisión las responsabilidades individuales. Esta teoría se pone a prueba en la última parte del libro, donde se analiza su aplicación en el ámbito de la delincuencia ecológica derivada de una mala gestión medioambiental, incorporando además el estudio del rol y la posible imputabilidad penal de figuras emergentes como los auditores medioambientales.

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